Traslado de los restos mortales de Jesús Fernández Duro

Traslado de los restos mortales de Jesús Fernández Duro

29 diciembre, 2008
En julio de 1906, unos meses más tarde de haber conquistado la Copa de los Pirineos, por haber sido el primer hombre en cruzar la cadena montañosa por los aires, alcanzando la mayor distancia desde el punto de salida (la ciudad de PAU, en el sudoeste francés) 704 km. hasta Guadix (Granada), y tan solo unas semana después de haber realizado un vuelo sobre su pueblo natal, La Felguera (Asturias), Jesús Fernández Duro se instaló en San Juan de lUZ (Francia) para allí, ayudado por los ingenieros aeronáuticos franceses, Maurice Mallet y Victor Tatín, intentar concluir un aeroplano de su invención y ser el primer europeo en conseguir volar en una máquina "más pesada que el aire". Los ensayos hechos en una réplica a escala habían sido positivos y las ilusiones por lograr la gloria para España eran inmensas. Pero...al poco tiempo de su estancia y trabajo en San Juan de Luz, "allí un vaso de agua, una fruta ingerida en malas condiciones, cualquier agente morboso que se introdujo en el misterio del complicado mecanismo humano, bastó a destruir un cuerpo joven y vigoroso de veintiocho años". En definitiva, unas fiebres tifoideas supusieron la muerte de aquel héroe español, conquistador de los aires. Era el 9 de agosto de 1906 cuando la imprevista y desoladora noticia circulaba por todos los telégrafos del mundo. El día 11, por dificultades para traspasar fronteras con un fallecido por aquella que entonces se condideraba contagiosa enfermedad, era enterrado en San Juan De Luz, y según la ley francesa vigente para los enterramientos habrían de esperarse al menos diez años para su desenterramiento y traslado. Mientras, en La Felguera, su villa natal, y en el entorno familiar... En la segunda decena del pasado siglo XX, el progresivo crecimiento de la fábrica de Hierros Duro y Cía. fundada por el abuelo de Jesús en La Felguera, ya convertida en sociedad anónima y bajo la denominación social de Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, hizo pensar a su, por aquel entonces, Presidente Don Antonio Velázquez Duro, cuñado del aeronauta,la necesidad de ocupar, con instalaciones productivas, los espacios que ocupaban, dentro del recinto fabril, la amplia Capilla de la riojana Virgen de la Valvanera, a quien la familia Duro dirigía todas sus oraciones, y su pequeño campo santo donde reposaban los restos del fundador Don Pedro Duro Benito, junto con los de su única hija Pilar y los de sus hermanos Don Julián y Doña Felipa. Para ello mando construir, adosado al lateral de la esbelta iglesia parroquial de La Felguera, sobre planos del muy acreditado arquitecto Rodríguez Bustelo, “una capilla-mausoleo, de bruñidos mármoles, artística sobriedad y estilo bizantino. Su portada de piedra moneban(SIC), de medio punto, con artísticas columnas y finísimos zócalos. En el centro, sobre un hermosísimo sarcófago, destinado a guardar las venerables reliquias de Don Pedro Duro, se erige una escultura de esmeradísima construcción, representado la Fé. Tras él, en el fondo tres series de nichos superpuestos. En la preciosa bóveda, de forma de medio cañón, toda de riquísimo mosaico veneciano, destacaba una greca, esmaltada en diversidad de colores, sobresaliendo los dorados, con figuras de ángeles, cortada por dos ventanales de artísticas vidrieras y dos lunetas, encerrando muy hermosos bajorrelieves. Llamaban poderosamente la atención seis candelabros y una cruz, de bronce, de puro estilo bizantino, adaptado a la rica ornamentación de la capilla. Igualmente merecía especial mención la extraordinaria y bellísima puerta de hierro forjado, trabajada con verdadero arte y a través de la cual el pueblo tenía la visión de la tumba del prócer fundador. Las dos vidrieras, dedicadas a San Antonio Abad y a la Virgen de los Dolores, testimoniaban la inequívoca voluntad de Don Antonio Velázquez Duro y su esposa, nieta de Don Pedro, Doña Dolores Fernández Duro, de que su descanso eterno tuviera lugar en La Felguera, donde ella había nacido y él, llegado a los cinco años, había crecido, amado y sido amado por todo el pueblo. El matrimonio sería, años mas tarde y a solicitud popular, distinguidos por S.M. el Rey Alfonso XIII con el título de Marqueses de La Felguera”. El sábado 26 de agosto de 1916, un silencioso y multitudinario cortejo fúnebre, trasladaba los restos de la familia Duro desde la fábrica al descrito mausoleo en la Iglesia parroquial. Dos días antes, procedentes de San Juan de Luz (Francia), habían llegado los restos mortales del nieto menor de Don Pedro, el insigne aeronauta Don Jesús Fernández Duro, fundador de la aeronáutica civil española, del Real Aero Club de España, recordman de distancia en automóvil (1902 Gijón-Moscú-Gijón) primer hombre que cruzó los pirineos por el aire, condecorado con las más destacadas distinciones aeronáuticas europeas y con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor francesa. Había fallecido con tan solo 28 años, de fiebres tifoideas, cuando construía el que hubiera sido el primer aeroplano de construcción europea. Veinte años más tarde, en 1936, las milicias del Frente Popular decidieron volar e incendiar la Iglesia de La Felguera y ello dio motivo a que una vez más se comprobase el concepto que sobre la grandeza humana de Don Pedro pervivía en La Felguera, cuarenta y tres años después de su fallecimiento. Decidida la destrucción de la Iglesia, que arrastraría con ella el mausoleo de la familia Duro, la CNT de La Felguera, detiene la acción hasta que la familia Duro pueda retirar los restos mortales de Don Pedro y su familia. Les dicen a sus deudos que pueden rescatar no solamente los restos de sus familiares sino todos los objetos que figuran en la capilla por si desean reconstruirla en otro lugar. Es más, les comunican que lo hagan con tranquilidad, que ellos, la CNT de La Felguera, les protegerá y no se procederá a la destrucción del templo hasta que ellos hayan concluido el trabajo. Y así se hizo, la familia Duro allí enterrada, fue rescatada por la familia Cuesta Ajuria y llevada al panteón de estos en el cementerio felguerino de Pando. Muchos de los objetos ornamentales rescatados con los restos mortales –la imagen de la Fé, la grandiosa puerta de hierro forjado y otros enseres-, se conservan aún en la Quinta Duro, hoy hotel rural regentado por el nieto menor de los primeros Marqueses de La Felguera, Don Carlos Velázquez-Duro. Con independencia de la repulsa que el acto de destruir una iglesia merece a quien esto firma, cabe reconocer en el proceder de la CNT felguerina, la virtud del agradecimiento, respeto y sana veneración por unas personas que en su vida dieron muestras de preocupación, amor y solidaridad con sus trabajadores y con sus vecinos. Sería muy largo el detallar aquí las muchas pruebas de todo ello que dejaron en este pueblo. Acabada la guerra civil, los restos mortales fueron trasladados, dentro del propio cementerio de Pando en La Felguera, desde el panteón de los Cuesta Ajuria a una muy modesta tumba, construida para ello, destacada en lo alto de la escalinata central y a los pies de la capilla del cementerio, con una placa de mármol que expresa que en esa tumba “descansan provisionalmente”. Ahora, el domingo 29 de junio de 2008, día de San Pedro, en que se celebraba el primer centenario la Sociedad de Festejos que organiza las fiestas en recuerdo y homenaje a Don Pedro Duro, y mismo año en que se cumplen ciento cincuenta –siglo y medio- desde que la primera colada de hierro fundido saliera de un horno en la fábrica de La Felguera, llamada entonces Fábrica de Hierros de Duro y Compañía, predecesora de la actual Duro Felguera, los restos mortales del patriarca de tan noble familia, gran hombre, bienhechor, Don Pedro Duro abandonarán la provisionalidad del cementerio de Pando, para volver a la Iglesia Parroquial de La Felguera, a la cripta que, bajo proyecto y generosa financiación de Duro Felguera, ha sido dignificada para acoger, como se merece y ya para siempre, al fundador de la industria metalúrgica, desgraciadamente ya desaparecida, pero que subsiste en una gran empresa de prestigio mundial a quien, nosotros desearíamos, que los felguerinos del futuro, recordasen, por méritos que contraigan con este pueblo, a sus directivos, con el mismo afecto, respeto y veneración con el que “los obreros de su fábrica” y La Felguera entera, mostraron siempre –y aún lo hacen hoy- hacia Don Pedro Duro Benito y familiares anteriormente mencionados. Y recordamos también, como apunte para historiadores y estudiosos, que en este traslado, le acompaña, entre otros familiares, en restos mortales, nuestro insigne aeronauta y personaje de mayor actualidad Don Jesús Fernández Duro. Esperemos que este "último vuelo, en la intimidad de sus deudos" hacia un lugar de veneración permanente de su convecinos y admiradores, el aeronauta español que tantas jornadas de gloria dió a Espsña, descanse para siempre. Digamos por último que, pese a los 102 años transcurridos desde su muerte, y los traslados sufridos por sus restos mortales, el cuerpo de Jesús Fernández Duro fue encontrado en muy buen estado de conservación gracias a haber sido embalsamado a su fallecimiento en San Juan de Luz.
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